Escultura que personifica al indio
Juan Caparo, la cual representa
para la comunidad la rebeldía
de los indígenas y la independencia.
Fue construida
en 1993 por Gregorio González.
Tiene una altura aproximada
de 2 m, mientras que su base
mide 1,75 cm. La pieza está
realizada en cemento, en posición
pedestre, con las piernas
separadas. Con ambas manos
sostiene una lanza y en el reverso
de la cabeza se observa una
pluma. El indio está ataviado
con unos pantalones doblados
hasta la rodilla, no lleva camisa
y está descalzo. En el anverso
del pedestal se observa una
placa de granito que reza lo siguiente:
"Bicentenario de la fundación
de Apurito 1793-1993.
Como símbolo y testimonio a la
rebeldía de nuestra raza autóctona,
los hijos de Apurito, rendimos
homenaje al indio Juan Caparo, quien al frente de 200
jinetes, se alzó contra el poderío español en 1812.
Apurito
13-11-1993."
Esta obra fue restaurada bajo el gobierno del
Capitán Jesús Aguilarte Gámez en enero de 2007.
La leyenda cuenta sobre el suceso ocurrido en presencia
del prócer de la independencia José Antonio Páez en el momento
en que se encontraba en el hato Banco Largo. En este
lugar observó un levantamiento presidido por el indígena
Juan Caparo contra el encargado del hato, Miguel Orozco,
a quien le concedió la muerte a través de su lanza. Ante este
hecho se ofrecía una recompensa a quien encontrase al
indio, sin dar finalmente con su paradero. En 1812 en la población
de Apurito, Juan Caparo comandó un levantamiento
de 300 hombres para luchar contra españoles, desapareciendo
después del suceso sin dejar referencia alguna. La
población de Apurito levantó un monumento en memoria de
este héroe quien permanece en la memoria de los apureños
Tomado textualmente del Cuaderno de Achaguas, del Instituto de Patrimonio Cultural.
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