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....Y vió que el hombre de la llanura era, ante la vida, indómito y sufridor, indolente e infatigable; en la lucha, impulsivo y astuto; ante el superior, indisciplinado y leal; con el amigo, receloso y abnegado; con la mujer voluptuoso y áspero; consigo mismo, sensual y sobrio. en sus conversaciones, malicioso e ingenuo, incrédulo y supersticioso; en todo caso alegre y melancólico, positivista y fantaseador. Humilde a pié y soberbio a caballo. Todo a la vez y sin estorbarse, como están los defectos y virtudes en las almas nuevas" Don Rómulo Gallegos

27 de marzo de 2016

A 77 años del Nacimiento de Dámaso Figueredo

Atardecer en Guardatinajas


Busto en Guardatinajas
Dámaso Figueredo, compositor y coplero oriundo de Guardatinajas, estuviera cumpliendo los 77 años en este día. Apenas 53 años estuvo con nosotros, en ese rinconcito llanero llamado Guardatinajas en el estado Guárico. Sin embargo, ese tiempo fue suficiente para dejar un gran legado musical que muestra la idiosincrasia del hombre de la llanura en lo concerniente al sentimiento, la bellaquería, el habla, la picardía y el sabor llanero. Su voz "veguera" y sus letras intencionadas representan hoy un estilo que han seguido otros artistas. Escuchar los temas de Don Dámaso siempre trae sonrisas en los semblantes, precisamente por la picardía de sus letras.

 








Hace algunos meses tuve la oportunidad de visitar Guardatinajas con "El Abuelo", acariciados por la hospitalidad de  Sorelia Franco, la famosa dama que como yo, sin ser llanera de nacimiento, lleva la tierra plana en el corazón y se ocupa de difundir y mostrar su magnificencia.  El pueblo, sencillo como tantos pueblos de Venezuela, tiene un espacio dedicado a Don Dámaso Figueredo. Una pequeña plaza que en aquel momento estaban  mejorando por ser bastante precaria. Allí se escuchan las canciones de Figueredo como si nunca se hubiera ido y su voz como la de Santiago Rojas, otro de los hijos ilustres, resuena en las tardes de ferias y festivales. La gente de Guardatinajas, sencilla y hospitalaria nos dejó también un grato recuerdo: unas coplas al abuelo. No sé donde anoté el nombre de esta señora jovial quien sin hacerse de rogar, con buena y clara voz,  le cantó al  abuelo. Hoy se lo agradezco mucho pues fue la última vez que él tuvo contacto con el Llano y su gente.


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