"Violentado por el régimen torrencial de sus afluentes, el Apure, es en hipérbole, un río realengo. En toda la parte baja de su curso, con excepción de un corto trayecto frente a San Fernando de Apure, su álveo es doble, con ancha tierra de por medio. Uno de los cauces, el originario, hacia el sur, desmedidamente ancho y de poca hondura, suele “trozarse” en el verano. El otro, el del Norte, angosto y profundo, de formación mas reciente, se lleva los dos tercios del río."
" La causación inmediata de esa duplicidad en el eje de la cuenca, son tres rompidas que da el río por la margen izquierda, cuya barranca suele ser menos alta, con retorno parcial o total de las aguas al álveo de origen. La primera bifurcación aparece del lado abajo del pueblo de Apurito. Allí el flumen se mete por territorio barinés y asalta el cauce del caño Ruende, por donde empuja su caudal atormentado y remolinante, para dejar, cuando el verano aploma, la pura vision de los arenales sobre el viejo lecho de Las Mercedes. Frente a la desembocadura de La Portuguesa se juntan de nuevo los dos brazos. Y la triple confluencia, rebosada y de sabana a sabana, pasea así frente a la acapital apureña, el agua drenada en toda la cuenca oriental de los Andes nativos, y aún en un vasto sector de Colombia."
" La segunda rompida aparece frente al aeropuerto de San Fernando, donde se abre, también a la izquierda, la boca del Apurito. El tercer desvío, unos kilómetros mas abajo, parte de la llamada boca del “Chirere” nuevo brazo desertor que avanza hacia el Noreste y se junta con el Apurito, cuando éste viene ya revuelto y díscolo por su confluencia con el Guárico. Con ya mas de la mitad del agua de la cuenca, el Apurito se enrumba hacia Oriente, sensiblemente paralelo al Apure, el cual, en la plenitud de la estación lluviosa, inunda las sabanas y bosques adyacentes corriendo “hacia arriba”, debido a la inmensa presión del Orinoco. "
" Esta contracorriente puede influenciar también al Apurito, el cual, mas debajo de “Mangos Coveras” rompe a su vez por la izquierda, originando el Caujarito, que va a desembocar directamente al Orinoco. Después el resto de la aguas desertoras partidas en tres brazos profundos (el Apurito, el Guamal y el Guamalito) se juntan de nuevo para reincorporarse al fin, del lado debajo de “Las Masijeras” al álveo originario. De este modo el río que demarca el lindero sur del Guárico viene a formar el lado norte de ese inmenso delta interior anotado por Humboldt, cuya base va de la boca del Capanaparo a la del Apure y cuyo vértice se proyecta hacia el Oeste hasta al boca del Apurito. Entre este último y el Caujarito, había un antiguo caño, el “Chaguangal”, que es hoy solo una madre-vieja."
" Limitadas por ese caos de aguas fugitivsa que se desmigajan y entrecruzan, hay una hilera de islas cuya área total pasa de las cien mil hectáreas. Llevan nombres locales, geográficos o históricos. La “Palaciera”, donde don Carlos Palacio veraneaba sus caballos, entre el Apure, el Apurito y el Chirere; entre éstos y el “Guamal”, la de Apurito o Arichuna- la mas grande de todas- en cuyo centro espejea el estero de “El Troncón”; entre el Apurito, el Caujarito y el “Chaguangual”, la de “Revenga”; entre el Apurito, el “Guamal” y la margen izquierda del “Guamalito”, la de “Guamal”; entre los mismos y la margen derecha del último de esos canales, la de “Manuelero”; y entre el Apurito, el Caujarito, el Apure y el Orinoco, la de “Garcita”, por cuyo centro corre el límpido caño de “El Cántaro”".
" De ambiente inhóspito en los guapos dias invernales, cuando su territorio queda casi totalmente inundado, esa larga cadena de islas exhibe, al bajas las aguas, un suelo aluvial exuberante, cubierto de ricos pastizales siempre reverdecidos, aún en la cruda estación de la sequía y de las quemas".
" Este fabuloso privilegio del humus y del agua no lejos de una zona a la que el propio Lazo Martí gustaba de llamar hiperbólicamente el “desierto”, no podia quedarse marginado del goce racional por parte del llanero del Guárico, poblador de resecas y adustas inmensidades en comarcas contíguas. .(…) Unas cuantas jornadas hacia el Sur la tierra brinda generosa lo que al Norte falta, un oasis tendido de Puerto Miranda hasta los morichales orinoqueños". Alberto Arvelo Torrealba - Lazo Martí: Vigencia en Lejanía
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