Continuamos relatando, a partir de las investigaciones del Cronista de San Fernando, Argenis Méndez Echenique, como se fue reflejando en la vida del apureño, los acontecimientos nacionales y regionales del siglo XIX:
III- SOCIEDAD GANADERA TRADICIONAL (1823 - 1890).
"Para delimitar esta etapa hemos tomado como referencia un hecho político-administrativo, como fue la creación de la Provincia de Apure (aprobada por el Congreso de la Gran Colombia, el día 17 de Julio de 1823 y refrendada por el General Francisco de Paula Santander, Vice-Presidente de la República), desmembrada de la antigua Provincia de Barinas."
"La sociedad llanera de este tiempo conserva todavía muchos rasgos característicos de la
época colonial, con las mismas costumbres y tradiciones de antaño y el peón seguirá siendo
un “pata en el suelo”, sirviendo de mano de obra barata en el hato de su compadre, como
carne de cañón en las montoneras acaudilladas por “el hatero” ahora metido a “general”, y
ofreciéndole sus hijas para que sacie en ellas su enfermiza lascivia, originando así una
nueva vinculación psicológica con los hijos nacidos de este tipo de relación."
"Sin embargo, es significativo que a los antiguos propietarios criollos se agreguen los
grandes próceres beneficiarios de los Haberes Militares decretados entre 1817 y 1822 por
El Libertador Simón Bolívar para los soldados que habían luchado por la Independencia
Nacional (Páez, Monagas, Muñoz, Silva, Jiménez, Bravo, Elorza, entre otros). A este
nuevo grupo social lo hemos denominado como “Aristocracia de la Lanza”. Su status lo
asientan en sus proezas guerreras y la estrecha vinculación con los representantes del
nuevo poder político republicano, y no su procedencia social o étnica de rancio abolengo."
"Un estudioso del tema llanero expone razones que consideramos bastante valederas: “Los sectores dominados pelearon por sus reivindicaciones del lado de los realistas o de los republicanos y al finalizar la contienda vieron frustradas sus legítimas aspiraciones, pues los sectores dominadores no cedieron sus privilegios ni sus posesiones y mantienen el control de tierras, ganados y demás medios productivos. Los jefes militares Boves y Páez fueron seguidos por sus ofrecimientos y por el cariz social que le imprimieron a la contienda en los llanos” /(García Müller)"
"La economía nacional y regional sufre las consecuencias de la crisis generada por la guerra, por lo que no se producen excedentes
(…) si la situación es precaria para los ricos terratenientes, la
del peón debe ser de pobreza extrema. El peón - héroe, esquilmado por sus jefes, sigue
viviendo de esperanzas, porque sus proezas solo sirvieron para encumbrar caudillos, que a
sus expensas han conformado grandes latifundios y atesorado riquezas. El maestro Brito
Figueroa decía al respecto: “El latifundio permaneció intacto como institución, y hubo, si, transformaciones de propiedad latifundista, de manos de un sector
de la nobleza colonial a manos de jefes militares de origen popular”.
"Para este momento histórico surgen los empleados públicos, que en poco número pero
constante comienzan a brotarle al gran árbol de la burocracia republicana (muchas veces
son ganaderos “venidos a menos”, que han perdido sus propiedades como consecuencia de las plagas y enfermedades endémicas, que han azotado inclementemente a Apure); pero este trabajador es, generalmente, un ente urbano, y letrado: es, en muchos casos, el “patiquín” sabihondo y retrechero que cree estar por encima de todos, y que los llaneros de las sabanas consideran como un ser blandengue, adulante ante el poderoso y despreciable por no estar a la altura de sus proezas pastoriles."
"Son los tiempos en que Rafael Agostini publica en Caracas su Cítara de Apure o Melodías del Desierto (1841), la cual es considerada el primer poemario publicado en Venezuela.
En las primeras épocas la actividad económica se centra en la explotación de los cueros de res y animales silvestres (son los tiempos de la Guerra de Secesión Norteamericana, la Guerra Franco - Prusiana y la Guerra de Crimea, demandantes de gran cantidad de pieles), que trae como consecuencia la aparición en nuestros llanos de una plaga tan temida por los ganaderos: los desolladores de reses (“corambreros”, los llaman en otras latitudes), que se introducen por ríos y caños apureños para desjarretar y descuerar clandestinamente el ganado, dejando la carne a los zamuros y otras alimañas del campo."
"Las autoridades tratan de ponerle coto al desbarajuste, legislando medidas represivas y creando “cuerpos volantes”, pero los remedios aplicados son insuficientes y el abismo entre llaneros de la sabana, tachados de abigeos, y los hateros, avecindados en la ciudad (ya con otros intereses, además del pecuario) se va abriendo cada vez más. Son los tiempos en que se publica en Apure el primer libro (San Fernando, 1856): Honores Póstumos a Marcelino Muñoz (hijo mayor del prócer apureño José Cornelio Muñoz). "
"Cuando estalla la Guerra Federal (1859 - 1863), encontramos a ambos grupos
(citadinos contra campesinos) en bandos diferentes: el campo contra la ciudad, “la barbarie contra la civilización”, según los postulados positivistas de aquella época. Mientras los
sanfernandinos están con el gobierno central, el resto de la población apureña está con los
federales, incluso los grandes propietarios rurales, como los Fonseca, los Márquez, los
Muñoz y los Segovia; quienes, llevados por su credo político liberal, cuyo foco ideológico
principal estaba en la institución conocida como Sociedad “Joven Achaguas”, se incorporan a la guerra, siguiendo a Ezequiel Zamora, para conquistar sus reivindicaciones ciudadanas. Así lo prueba su brillante participación en la batalla de Santa Inés (10 de Diciembre de 1859)."
"Estos terratenientes y ganaderos se sienten hermanados en sentimientos y frustraciones con los desheredados peones, los “olvidados de la tierra”, porque ellos tienen la misma procedencia sabanera y lucharon por la Independencia Nacional, siguiendo la bandera enarbolada por El Libertador Simón Bolívar. Triunfa la Federación, pero ya no está el “Valiente Ciudadano” Ezequiel Zamora para hacer valer los derechos del pueblo, que sigue clamando justicia y alimentándose de quimeras. "
"Una nueva oligarquía, la liberal, sustituye a la antigua, la conservadora, y continúa la explotación del hombre por el hombre. Todavía no se avizoran en el horizonte signos de redención popular.
Aún cuando la mayor parte de la población sigue siendo rural (más del 80%) poco a poco ha comenzado la urbanización de Apure, y al lado de los empleados públicos hacen su aparición los empleados de comercio, que al igual que el grupo anterior y probablemente con menos recursos económicos y académicos, busca también su oportunidad para igualarse con los que están arriba en la escala social"
"Para 1877, según datos oficiales, San Fernando, sede del Gobierno del Estado, tenía 3.053 habitantes (Sachs). Apenas una humilde aldea perdida en la inmensidad del Llano."
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