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....Y vió que el hombre de la llanura era, ante la vida, indómito y sufridor, indolente e infatigable; en la lucha, impulsivo y astuto; ante el superior, indisciplinado y leal; con el amigo, receloso y abnegado; con la mujer voluptuoso y áspero; consigo mismo, sensual y sobrio. en sus conversaciones, malicioso e ingenuo, incrédulo y supersticioso; en todo caso alegre y melancólico, positivista y fantaseador. Humilde a pié y soberbio a caballo. Todo a la vez y sin estorbarse, como están los defectos y virtudes en las almas nuevas" Don Rómulo Gallegos

30 de junio de 2011

Bongos y Canoas- Julio César Sanchez Olivo (3/3)

EL PELIGRO DEL TRABAJO DE BOGA
Muchos son los peligros que corrían los bingueros cada día. En particular había un marinero que en la mañana daba el primer palancazo que lo llamaban proero y a él correspondía pisar tierra primero y amarrar el bongo. Y si al empujarlo, el bongo no llegaba a donde se iba a dar el otro palancazo, por perder impulso y había un remolino o mucha corriente, era probable que el bongo perdiera el control, por lo que el Patrón gritaba “Proero al agua!!!” y éste se lanzaba al río con el mecate o boza del bongo y al llegar a la orilla, lo ataba a un árbol o se afianzaba en sus pies y a pulso sostenía la embarcación.

A veces, al navegar por la orilla de los ríos, en las ramas por donde pasaria la embarcación se veía una macaurel a lo que no le quedaba mas remedio que darle un golpe con la palanca o aprisionarla con la horqueta de la misma. En un día podian verse varias culebras en las ramas.

A veces eran tigres que acechaban en las zonas de descanso o ranchos. Los ranchos eran sitios que en las barrancas boscosas del río utilizaban los integrantes de la tripulación de los bongos para dormir y hacer comida.

En invierno, cuando las sabanas se inundaban, los bongueros usaban esas zonas para acortar el trayecto sinuoso de los rios, pues se marchaba en línea recta. “De San Fernando a El Yagual se hacía el viaje por el río en unos 8 dias y por la sabana apenas de 3.5.

En las noches de lluvia, el bonguero tenía que permanecer en el bongo achicando el agua, para evitar que se mojara la carga y se llenara de agua la embarcación

La comida del bonguero era tasajo, arroz, yuca topocho, platano o casabe. Se hacian hervidos con huesos y arroz. Los marineros hacían la comida y el patrón se encargaba de buscar leña, encender el fuego y hacer café.

Los bongueros salían muy temprano llevando únicamente en el estómago el café negro, y entre 11 y 12 del día se detenían a comer en el rancho, descansaban un poco y tomaban nuevametne café. Después se reanudaba la marcha hasta aproximadamente las  5 de la tarde, cuando llegaban al lugar donde pasarían la noche y se hacia la cena.

Para cocinar, usaban un garabato o gancho de madera en forma de angulo recto para colgar el caldero provisto ya de un alambre entre sus dos asas. Uno de los extremos se clavaba en el suelo y bajo del mismo se encendía el suelo.

Los bongueros preferían pernoctar en los ranchos y no en las viviendas de la costa de los ríos, pues se sentían mas cómodos, se protegían con cobijas de pelo y con pedazos de lona que tendían sobre los mosquiteros.

Algunos ranchos eran famosos y tenían leyendas, como el rancho de “Los Monos” y el rancho de “La Muerta”, el de “Carutico” en una zona donde abundaban los tigres. Estos sitios estaban en el río Arauca. Pero en todos los ríos del estado  Apure, abundaban estos sitios, utilizados por los bongueros para dormir y comer.

Dice el poeta que para los que vivían en las costas del río Arauca, éste era un gran recurso, porque podian hacerse encargos de cosas necesarias a conocidos o amigos que habitaran otras regiones. Entonces “cuando nos enterabamos, por el ruido de los remos y gritos de los marineros, de que venia un bongo, salíamos a la orilla del río y el favor que íbamos a solicitar lo pedíamos a gritos: "Mira chico! Cuando llegues a San Fernando, anda a casa de fulano y le dices que me mande tal o cual cosa!". La embarcación volvía a pasar despues de unos 15 dias, y la gente se acercaba nuevamente al río y cuando pasaba el bongo le tiraban la encomienda, ya que la embarcación no se detenía para no perder tiempo.

OTRAS EMBARCACIONES
Imagen tomada de artigoo.com
 
Había otros transportes fluviales como las piraguas o barcos de vela, que venian de Ciudad Bolivar, y los Vapores a chapaleta, que usaban como combustible el fuego de la leña encendida en sus calderas. Grandes vapores como “El Delta”, “EL Apure” y “Alianza”, navegaban solo en el Apure por ser una via fluvial mas grande. Por el Arauca , viajaban “El Arauca”, “El Boyacá”, “El Masparro” y “El Amparo”. Varios desaparecieron por naufragio como el “Alianza” y “El Masparro” en el río Apure.






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