Ya a mediados de Junio, el llanero se prepara para las crecientes de los ríos. Los Vegueros, saben que deben trasladar su vivienda, pues el río ocupará de monte a monte su cauce. El río en su violencia, arrastra cuanto encuentra a su paso. Una imagen muy clara la vemos en el poema colocado de introducción a Junio, tomado de Canto Solar a Venezuela, por J.A. De Armas Chitty, debajo de esta entrada.
Muchos autores han descrito este fenómeno, a continuación algunos fragmentos:
Muchos autores han descrito este fenómeno, a continuación algunos fragmentos:
"Esta inundación es uno de los mas curiosos fenómenos de la región. Al venir la estación de lluvias, estos dos grandiosos hijos de la sierra nevada: el Apure y el Portuguesa, como si estuvieran fatigados de un largo reposo, se levantan bruscamente sobre sus lechos cálidos y fangosos, saltan sobre sus riberas con graciosas cabriolas, para luego con rápido y terrible correr, convertir en lagos las extensas llanuras. A los raros sitios que escapan de la general sumersión, se retiran los habitantes con sus efectos y rebaños, en canoas siempre listas para ese fin.
Los habitantes ceden sus casas a los caimanes y anacondas de los caños y cuando bajan las aguas, los intrusos son expulsados por los legítimos propietarios de las moradas". Ramón Páez- La Vida en los Llanos de Venezuela.
"Dada la enorme cantidad de agua que fluye por los ríos, los cauces respectivos son incapaces de contener tan crecido volumen, entonces se produce su extravasación, en donde las llanuras se cubren de una capa de agua cuyo espesor varía con la cota, por término medio es de 60-100 cm, pero ya cerca del Orinoco (...) puede alcanzar hasta dos metros" Francisco Tamayo. Los Llanos de Venezuela
"Parece que se olvidaron de la estación invernera imperante, y como tal, era flagrante imprudencia acamparse en la margen de un río peligroso por su impetuosa corriente y los numerosos afluentes que de improviso lo repletan, en un momento dado. Muy confiados y rendidos en ese sueño profundo y reparador, natural después de la fatigante brega del día, fueron bruscamente sacudidos hacia la media noche al grito estridente y alarmante de creciente, del primero despertado al estruendo arrollador del inesperado crecientón, arrastrando con todo, arropando en su furia, corrales, ganado, rancho y lo encontrado a su paso devastador". Calzadilla Valdés. Por los Llanos de Apure
"Parece que se olvidaron de la estación invernera imperante, y como tal, era flagrante imprudencia acamparse en la margen de un río peligroso por su impetuosa corriente y los numerosos afluentes que de improviso lo repletan, en un momento dado. Muy confiados y rendidos en ese sueño profundo y reparador, natural después de la fatigante brega del día, fueron bruscamente sacudidos hacia la media noche al grito estridente y alarmante de creciente, del primero despertado al estruendo arrollador del inesperado crecientón, arrastrando con todo, arropando en su furia, corrales, ganado, rancho y lo encontrado a su paso devastador". Calzadilla Valdés. Por los Llanos de Apure
“Nosotros los hombres somos los que le quitamos tierra a él pa´ nosotros trabajar, sí. Ah, bueno, el Orinoco, es que es el dueño, el patrón de las tierras, sí. Esto era grandísimo pa´ allá, mire, grandísimo pa´ allá y ya nos ha venido quitando ya, no nos viene dejando mucha tierra ya el hombre, pero ahí vamos luchando. Pa´ lante, sí. Ya cuando uno cosechó todo, que no le queda nada, uno lo que hace es picar y arreglar las tierras, que ya finalizó todo, se fue. Y ahí uno le entrega es al Orinoco, que es lo último que uno hace, entregarle al Orinoco pa´ uno irse " Entrevista realizada a el Sr. Jesús Ojeda, por el cineasta Carlos Gómez de la Espriella, para el documental VEGUEROS.
A continuación un fragmento del poema "Veguera" del poeta Francisco Lazo Martí, que aunque no tiene que ver directamente con las crecientes, enaltece el oficio de esta trabajadora del campo, que con frecuencia se ve afectado por el invierno.
VEGUERA
(Fragmento)
Autor: Francisco Lazo Martí
La encallecida mano ya no aporca
el tallo de falanges empinadas
en cuyo seno abulta la mazorca
De las últimas hojas, lanceoladas
la vida en torno diligente riega
de polen volador nubes doradas
Junto a la troje la esperanza ruega
en el amor abrevan las fatigas,
y del seno oloroso de la vega
sube el himno triunfal de las espigas.
ENLACES RELACIONADOS CON VEGUEROS:
EL VEGUERO (1/4); LA MUJER VEGUERA (2/4); UN TRIBUTO AL VEGUERO (3/4); JUAN EL VEGUERO Y UFEMIA (4/4)
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