Soga y cebo para engrasarla |
"La soga o rejo de enlazar es realmente una obra de arte. Mide dieciséis o dieciocho brazas de largo.
El llanero escoge la piel que le ha de servir para confeccionarla, ha de ser piel de res vieja, vaca o toro, pero de pelo cárdeno (amoratado) que según su experiencia, es la que ofrece mayor solidez y elasticidad.
Desollada la res, extiende la piel y la prensa por medio de unas estacas; luego, con una afilada cuchilla saca un círculo del tamaño de una moneda grande en todo el centro, de la piel, y de ahí en adelante va cortando de modo de sacar una correa de una pulgada de ancho.
Cuando el corte llega a las extremidades de la piel, ya tiene la longitud requerida.
Esta larga correa es retorcida cuidadosamente, y tendida tensamente al sol hasta que se seque. Como después de esta operación la soga queda en extremo tiesa y áspera, el llanero la suaviza untándola de grasa.
Ata la punta a la cola del caballo y da a correr con ella, arrastrándola por los medanales durante dos o tres horas, y así la pone en las mejores condiciones de elasticidad.
Los arneses del llanero son sumamente sencillos y muy
sólidos: todos son de piel cruda como la soga.
A la grupa dos
pequeños lazos de rejo, que llama tientos, para atar el
chinchorro o hamaca, que lleva embolsada en una alforja de
lienzo. En esos tientos van también asegurados el rollo de soga,
un cuerno de toro que le sirve, de copa para tomar agua o
aguardiente. Este cuerno va decorado con artificios y primores
ejecutados por él en horas de siesta o de descanso, valiendo de
cincel o buril la punta del cuchillo de cintura o la lanza.
Estos primores consisten en arabescos imitando
palmeras, flores o retratos de seres queridos.
En los tientos va
también la guitarra y una bolsa de piel de becerro con el
bastimento.
En la parte delantera de la silla van las cañoneras, o
sea dos pequeñas y angostas alforjas donde guarda el llanero
sus hilazas, cera, lezna, aguja y demás enseres de hacer
guarnición; sobre estas alforjas va arrollada la cobija o
poncho, con que se protege de las lluvias, o de las agresiones de
los insectos cuando duerme a campo raso.
En las cañoneras de .la silla pone la novia macizos de
rosas sabaneras, u hojas de plantas perfumadas "para que él se
acuerde de ella cuando ande por allá lejos".
Y en esas alforjas se colocan muchas veces también
mensajes de amor en garrapateada letra cuando los novios son
de cierta clase, amos o' mayordomos, o circunstancias
especiales han contribuido a que el tercio de la pampa y la
amada hayan sido criados en casa de "gente grande” de la
ciudad o del pueblo"
El Llanero - Daniel Mendoza
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