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....Y vió que el hombre de la llanura era, ante la vida, indómito y sufridor, indolente e infatigable; en la lucha, impulsivo y astuto; ante el superior, indisciplinado y leal; con el amigo, receloso y abnegado; con la mujer voluptuoso y áspero; consigo mismo, sensual y sobrio. en sus conversaciones, malicioso e ingenuo, incrédulo y supersticioso; en todo caso alegre y melancólico, positivista y fantaseador. Humilde a pié y soberbio a caballo. Todo a la vez y sin estorbarse, como están los defectos y virtudes en las almas nuevas" Don Rómulo Gallegos

15 de junio de 2013

Cazorla y su Leyenda

Y fue creciendo mi fama
Hasta que una madrugá
 Con un negro pelo en pecho
Me pusieron a cantá
Eso fue junto a Cazorla,
de Calabozo pa´allá……

La Majada del Diablo ( Germán Fleitas Beroes)

Desde Guachara al Cajón 
De Cazorla a Palo Santo 
No hay negra que baile tanto 
Como mi negra Asunción 

 Galerón para una Negra ( Aquiles Nazoa)                                                                            No hay pueblo como Cazorla 
 Para escuchar el corrío 
Donde escucha el caserío 
La cuerda de la bandola 
Donde la tarde arrebola 
 La luna con el lucero 
Donde el hombre parrandero 
Entre palos de aguardiente 
La voz le cruza caliente 
Y es guapo con el pulpero 

De la Pascua a San Fernando ( Víctor Vera Morales) 

 En esos versos y en muchos más, así como en múltiples canciones, el nombre de Cazorla tiene resonancia llanera. La leyenda, parranda e historia se entrecruzan para homenajear este pueblo. ubicado al sur del estado Guárico, cerca de Guayabal.

Restos de la casa de Arévalo Cedeño
 Históricamente resuena el pueblo muchas veces a lo largo de los años, pero especialmente cuando
Emilio Arévalo Cedeño inicia en 1914 en este lugar, un movimiento poderoso en contra del dictador Juan Vicente Gómez. En esa fecha, específicamente el 19 de mayo, Arévalo Cedeño gritó a los pocos habitantes del pueblo: ¡Viva la Libertad! ¡Muera el tirano Gómez!.

Cedeño se dedicaba entonces al comercio y tenía en el pueblo una tienda de cuya edificación quedan aún algunos restos.

 Más atrás en su historia, está José Tomás Boves que usó los alrededores (específicamente Guayabal) como centro de operaciones y entrenó sus tropas en Cazorla, según dicen algunos viejos llaneros del pueblo. 

De la leyenda, los habitantes de pueblo cuentan de las épocas de abundancia sorprendente de ganado y aves, al punto que dicen que cuando se trasladaba el ganado de un lado a otro de la sabana, el rebaño abría zanjas en la tierra. Asimismo, las bandadas enormes de patos reales oscurecían el cielo cuando levantaban el vuelo. 

Pero lo que más se asocia a este pueblo es la famosa historia del Hato La Cruz Rubiera y el “Familiar”. Dicen que aún cabalga por sus sabanas el negro que fue enterrado vivo hace 300 años, por el primer Rubio. Dicen que es un negro que cabalga sobre un potro negro con el pecho envuelto en una cobija roja y en la cabeza un gorro de piel de araguato, espantando a los visitantes. Dicen que se llamó Juan Bautista 


La lejanía de esta tierra con respecto a los otros pueblos, que se agiganta por el pésimo estado de la carretera que a ella conduce, ha provocado que se haya quedado rezagada en el tiempo en cuanto al progreso. La gente, muy longeva por esos parajes, sigue practicando costumbres antiguas y todavía se ven arreos de ganado cruzando sus calles desiertas. 

Imagenes Mario Abrizo
Volviendo a las leyendas que se tejen alrededor de Cazorla, está la historia de los Mier y Terán, dueños de grandes extensiones de terreno y tras los cuales cobra vida la fantástica historia del pacto y/o encuentro con el diablo. Recientemente nos escribió uno de los descendientes de esta famosa familia quien próximamente nos hará conocer la versión de la historia que manejan internamente. 

La familia acumuló grandes riquezas a través de la suma constante de tierras y ganado. Algunas versiones dicen que para esto usaron muchas artimañas y a veces recurrieron a la violencia. En cada generación hubo un miembro al que llamaban El Rubio, quien era el jefe de la familia. 

La historia de “El Familiar” que se menciona en Doña Bárbara, está ligada a esta familia ya que la leyenda dice que cuando el primer Rubio fundó el Hato La Cruz, por orden suya fueron enterrados vivos y con la finalidad de proteger la tierra y multiplicar los bienes, una pareja de negros, una vaca y un toro, una yegua y un caballo y varias parejas de animales de color negro, tal como lo canta José Romero Bello en su canción La Rubiera. 

Aparentemente, según cuentan los viejos llaneros, esa práctica era legendaria, y en realidad se trataba de enterrar vivos en las cuatro esquinas del hato, hombre, caballo, toro y perro, todos con su pareja. 

Al final les copio texto del disco de José Romero Bello, denominado La Rubiera, donde Germán Fleitas Beroes cuenta esta historia. Se cuenta igualmente que uno de los Rubios asesinó a sus padres en la cama, cuando al regresar a casa en la noche vio dos bultos en su lecho y pensó que eran su mujer y un amante. Desde allí cuando se hace un desastre solemos decir que se hizo una “rubiera”. 

El hato fue creciendo a pasos agigantados bien por compras legales o por artilugios de la familia, sin embargo, el principio de su ocaso fue en 1914 cuando se vendieron las tierras a Juan Vicente Gómez, para ese entonces, la rubiera tenía 296.964 hectáreas, 25.000 reses, 2.000 cabezas de caballo cerriles, 500 mansos y 200 para trabajar, según datos recopilados por Oldman Botello. Posteriormente a la muerte de Gómez, el hato se fue vendiendo por partes. 

La conseja dice que la riqueza de la familia se debía a pactos con el diablo y según cuentan, que al morir uno de los primeros Rubios y llevarlo a enterrar, al abrir el ataúd, estaba vacío. Dicen que esto dio pié a decir que el Rubio había regresado al río de El Caballo y allí, convertido en un caimán amarillo de ojos azules, devoraba a los descuidados transeúntes. 


 
"Escucha José Romero: 

El nombre de este Long -Play encierra toda una época.... " La Cruz", hato famoso enclavado en el corazón de los llanos del Sur del Guárico, junto a Cazorla, fue fundado por uno de los primeros MIER y TERÁN llegados a estas tierras, procedente de allende los mares. 

Hombre de gran tesón, a quien llamaban familiarmente " el rubio", por ser éste de tez muy blanca, cabellos amarillos y ojos azules. En pocos años " La Cruz" fue creciendo en sabana, se multiplicaron las bestias, aumentaron considerablemente las vacadas, y fueron cambiados por onzas de oro, interminables puntas de novillos que marchaban todos los años con rumbo a los mercados del centro, siguiendo ariscos el dulce sonsonete de las coplas. 

Crecía aquella propiedad vertiginosamente, y crecía también el núcleo familiar, bajo la mirada paternal de don Sebastián, uno de los primeros fundadores. Y los llaneros de entonces comenzaron a llamar aquel inmenso paño de sabana: " LA CRUZ RUBIERA" y años después: " LA RUBIERA", simple y llanamente, bajo cuyo nombre se hizo famoso. 

De eso hace muchos años... Dos siglos. Tal vez mas.... Llegó a tener ciento sesenta (160) leguas de sabana, y es considerado por todos los llaneros, como uno de los hatos mas ricos que ha existido en Venezuela, en toda su historia. Pero si rico fue en hacienda, también lo fue en leyenda: Todavía se habla del " familiar de la Rubiera", abuelo, tal vez, del famoso " familiar de Altamira...." 

Los viejos de antes contaban, en esas noches de luna y alcaravanes, que sus mayores les decían que en " LA RUBIERA" fueron enterrados vivos, en los cuatro puntos cardinales del hato y por separado, un hombre, un perro, un toro y un caballo, para que nunca faltara gente, vigilancia, ganado y bestias.... También es fama que un mayordomo, en ocasión de tener " un rodeo cogido", echó una maldición: " Ah malaya se presentara el demonio para que me haga una " majada" donde encerrar estos animales" Le daría el alma!!!! En la noche se presentó un indio, dientes de oro, y vino el diálogo: -¿Para donde va, zambo? 
-Voy para Apure a parar unas " majadas" 
-Fabríqueme una! 
-Convenido! 
El mayordomo se fue a dormir, y a la mañana siguiente, como por arte de magia, el indio tenía la " majada" lista. 
Cuando el mayordomo le fue a pagar el trabajo, se dio cuenta de que todo estaba perfecto; pero los tranqueros no tenían las trancas pasadas. 
-¿Que pasó con las trancas que no están metidas? 
-Esas las meterá usted, respondió el forastero, porque yo no hago la cruz ni jugando!!! 
El hombre desapareció en medio de una llamarada, un fuerte olor a azufre quedó bamboleando de monte a monte, mientras que el mayordomo, con la cara lívida de espanto, ensilló presuroso su caballo y se fue a Calabozo a confesarse con el cura. Era el Diablo.... 

 Este famoso hato guariqueño pasó a manos del General Juan Vicente Gómez, y cuando no era ni la sombra de lo que fue, los vaqueros daban por terminados todos los años los trabajos de llano, cuando habían castrado cuatro mil (40000) toros. Cuando eso ya el hato estaba en ruinas.... Hace pocos años esta inmensa propiedad fue dividida en hatos pequeños, y hoy solo queda de " LA RUBIERA".... el nombre y las leyendas. 

Cruzando una vez por sus sabanas, me vino el recuerdo infantil de las consejas que me contaban mis padres y abuelos, llaneros de pura cepa, en aquellas noches guariqueñas, de " casos" y aparecidos, cuando el perfume de los naranjos en flor jugueteaba con los rayos de la luna sobre los tramos de los viejos corrales, cuando el monótono run-run del chinchorro, bajo el ala amorosa del caney, se confundía con el canto de los aguaitacaminos....Y escribí un corrido: " LA MAJADA DEL DIABLO". A lo mejor algún día te encargarás tu mismo de grabarlo 

Atentamente 
Germán Fleitas Beroes 
 

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3 comentarios:

ANGONFER dijo...

Excelente este relato... Conocía las dos piezas de La Rubiera, la primera interpretada por Antonio Barcey, Juan del Campo y José Romero Bello. La segunda, grabada después de la temprana muerte de Barcey, incluyó al Carrao de Palmarito y se mantuvieron Juan del Campo y Romero Bello.
Nunca había escuchado La Majada del Diablo... ¿Quién la canta?
Mi hermano Pepe estuvo hace como 20 años por los lados de Cazorla realizando un inventario de Babas (Caiman crocodilus) y presenció algunos acontecimientos curiosos en los predios de lo que fue La Rubiera. Voy a pedirle que las escriba y te las enviaré.
Gracias de nuevo por divulgar estas historias del Llano.

ANGONFER dijo...

Cerca de la población de Achaguas, en la orilla de la carretera hacia San Fernando, está un hato con una historia similar a la de La Rubiera. Conocí la historia una vez que escuché un corrío por radio en la camioneta, pero no sé ni quien lo canta. Creo que se llama el "Corrío de Antonio Lugo" que así se llamaba el dueño del hato que hizo pacto con el demonio y después de haberse hecho millonario, quiso retractarse. Desde la carretera se ven unas estatuas de Bolívar, de Sucre, de Páez y algunas otras que Lugo colocó en el patio de la casa del hato para que lo protegieran.
Sería bien interesante hurgar en esta historia con los lugareños. Yo una vez me paré en la puerta del hato y tomé algunas fotografías, pero un señor que cuidaba no me dejó entrar. Se ve como un hato abandonado desde hace muchos años, dicen que allí espantan muy feo y nadie se puede quedar ahí... pero al menos había un hombre que cuidaba lo que aún queda en pie de esta historia.
OTRA COSA PARA INVESTIGAR

Anónimo dijo...

Soy sobrino de ese sr. Es verdad que el tio tenía pacto con el senor de las tinieblas