"A su alrededor, como en torno a una bandera que protege y glorifica, se agrupan o galopan tras él, aquellos hijos de las pampas, ardientes, belicosos, indómitos, semisalvajes: peces, leones y centauros a un tiempo, señores de la llanura, vencedores del cocodrilo, del caballo salvaje, del toro y del jaguar; sin freno conocido hasta entonces, libres como el viento a pesar de España y del Gobierno Colonial. Todos se juntan alrededor de Páez, del gladiador intrépido a quien no pueden vencer los ejércitos corporales, ni en los combates singulares suscitados por violentas rencillas; a quien tienen como invulnerable, a quien aman y respetan como a un ser superior. La cabeza y el dorso expuestos a veces al sol abrasador de las llanuras; sin Dios, ni ley, ni estímulo que no sea el del común peligro, siguen a Páez, como las tribus nómadas a aquel de entre los suyos que tienen por más fuerte, que estiman el mas sabio." Eduardo Blanco.
Venezuela Heroica es el nombre de la obra cumbre de Eduardo Blanco, escrita en 1881. Es la épica de nuestra historia, que escrita en prosa, no tiene nada que envidiarle, ni en contenido ni en narrativa a las grandes gestas del mundo, el Cantar del Mio Cid, El Cantar de los Nibelungos, El Cantar de Roldan, todas historias de héroes de carne y hueso: Rodrigo Díaz de Vivar, Sigfrido, el conde Roldan; todas teniendo como factor común el heroísmo, la lealtad, la lucha, la generosidad.
Nuestra gesta tiene muchos protagonistas: Ribas, Sucre, Campo Elías, Ricaurte, Anzoátegui, Mariño, Piar, Bermúdez, Arismendi, Cedeño, el inmenso Bolívar, el increíble Páez…..
Eduardo Blanco los recoge en la narración de 11 Batallas, descritas con pasión patriótica, poemas escritos en prosa, transmitiendo emociones, permitiendo en su narrativa que el lector se ubique en el tiempo y el espacio, como un espectador más de los mágicos momentos donde el heroísmo de hombres comunes, dirigidos por militares únicos, arrancaron la victoria al extranjero. Hombres que vivieron por un ideal de libertad, hombres a la altura de los más importantes héroes mundiales de todos los tiempos.
Pero no solo fueron importantes quienes dirigían las operaciones, fueron de vital importancia las tropas, los soldados nacidos del pueblo, aquellos soldados anónimos que pusieron su vida como un grano de arena para alcanzar la libertad. El suelo llanero fue testigo de grandes proezas y este Blog, dedicado al llano, también contribuirá a exaltarlas. Hablaremos de la reciedumbre y el valor del soldado llanero, hablaremos de su rol protagónico en las luchas que se gestaron en el llano.
En ese orden de ideas, nos apoyaremos en Eduardo Blanco y su Venezuela Heroica para introducir dos grandes batallas: Las Queseras del Medio librada en el Estado Apure, y Carabobo, donde nuestros llaneros fuera de su terruño, demostraron igualmente una osadía y valor que les dio el triunfo. El factor común de ambas batallas lo constituye el hecho que un minúsculo número de llaneros, dirigidos por José Antonio Páez hicieron frente a un numeroso enemigo, alcanzando por sí solos la victoria, prácticamente sin la participación del resto de los batallones patriotas.
Llaneros semidesnudos, apenas con algún arma blanca, descalzos, usando como estribo una soga con un nudo del que se sujetaban con los dedos pulgar e índice del pié, algunos con lanzas formales, otros con lanzas improvisadas de palma alvarico, montados sobre el caballo criollo, bueno para la faena, bueno para la guerra, capaz de adivinar la intención de su jinete, compañero inseparable y fiel. Llaneros convertidos en titanes, llaneros alegres, bulliciosos y sobre todo, llaneros libres.
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Eduardo Blanco: El modelo que posó para el cuadro de Arturo Michelena "Miranda en La Carraca", presentado en el Teatro Municipal de Caracas el 18 de julio 1896 con motivo de cumplirse ochenta años de la muerte del precursor, fue el escritor venezolano Eduardo Blanco. Nació en Caracas el 25 de diciembre de 1838. Sus primeros años transcurren en la Venezuela pos independentista, sumida en pobreza, caudillismo, y problemas políticos-sociales, cuyo líder principal era el general en jefe José Antonio Páez. Alos veinte años inició la carrera militar al servicio del general Páez como uno de sus ayudantes, cuya confianza se granjeó durante el transcurso de la Guerra Federal ejecutada entre 1859 y 1863. Al retirarse de la milicia Blanco se dedica escribir con el seudónimo de “Manlio, “Una noche en Ferrara” en 1875; escribe para el semanario La Tertulia: "Vanitas Vanitatum" y "El Número Ciento once". Estrenó en el Teatro Caracas su drama "Lionfort" en 1879. Eduardo Blanco incrementa su formación literaria mediante la lectura de los escritores franceses románticos más destacados, entre ellos Alejandro Dumas y Víctor Hugo. Las anotaciones le permitieron más adelante escribir en forma romántica por decirlo así, su famosa obra “Venezuela Heroica”, verdadera epopeya romántica, publicada en 1881; la primera edición está integrada por cinco batallas memorables: La Victoria, San Mateo, Las Queseras del Medio, Boyacá y Carabobo. En la segunda edición incorpora: Sitio de Valencia de Venezuela, Maturín, La invasión de los Seiscientos, La Casa Fuerte, San Félix y Matasiete publicada en 1883. Escribe en 1882 su novela “Zárate”. Es Miembro Fundador de la Academia Nacional de la Historia el 28 de octubre de 1888. Publicó “Las noches del Panteón” en 1895, año centenario del natalicio del Gral. Sucre; es colaborador del El Cojo Ilustrado en 1896. Fue designado ministro de Relaciones Exteriores entre 1900 hasta 1905 y de Instrucción Pública hasta 1906. Eduardo Blanco escribió en 1905 la novela “Fauvette”. En 1911 centenario de la Independencia recibe un reconocimiento como Escritor Nacional. Publica “Tradiciones épicas” y “cuentos viejos en 1912. Fallece en Caracas el 30 de Junio de 1912" Tomado de Venezuela de Antaño, blogspot; Artículo de Eumenes Fuguet Borregales
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