Portuguesa….. tierra llanera rica en folclore en forma de creencias, mitos , leyendas y magia….. Entre las más famosas leyendas de este estado, tenemos el famoso Silbón. Espanto que aún hoy, de solo escuchar la historia que fue llevada a audio, asusta y capta la atención aún de los más jóvenes. El escalofriante silbido que lo caracteriza, es conocido a lo largo y ancho de nuestra tierra venezolana.
Quisimos ahondar un poco más sobre esta leyenda, y para ello nos apoyaremos en un libro denominado “Mitos y leyendas predominantes en el Estado Portuguesa”, el cual refiere una investigación completa realizada por Carmen Pérez Montero, sobre el origen de esta leyenda y otras de dicho estado.
“De acuerdo a los datos que el pueblo de Portuguesa conoce y transmite, el Silbón existió, vivió en la región que posteriormente en el siglo XIX tomó el nombre de Provincia de Zamora, entre Portuguesa y Barinas. Se dice que nació el El Vijao”. Sin embargo hay una incertidumbre sobre su origen, el cual queda reflejado en la copla:
“Dicen que El Silbón nació en El Vijao
Y otros que en Guanarito se ha criao;
Pero lo cierto es que entre Portuguesa y Barinas
El Silbón se ha quedao”
“El compositor portugueseño Dámaso Delgado” (quien recogió toda la información y la llevó al acetato), tejió en su composición un manto de misterio que cubrió los estados Portuguesa, Barinas y Cojedes, trasmutando en el viento el silbido de El Silbón con el folclore venezolano”
….”Se pueden sostener dos versiones acerca del origen del el Silbón:
- Que se refiere a un hijo desnaturalizado que mató a su padre porque quería comer venado y el padre no logró traer la codiciada presa. Cuentan que le sacó la asadura y se la llevó a su madre para que la salcochara.
- Que relata la historia de un hijo que salió de cacería con su padre y por el camino encontraron un tronco torcido que obstruía el paso y el muchacho le dijo a su progenitor: “enderéceme ese palo y el padre le respondió: ¿Cómo lo voy a enderezar, no ves que creció torcido? y el muchacho se irritó y le dijo:- Eso mismo pasó conmigo, me dejaste crecer torcido y ahora pretendes enderezarme, y lleno de cólera mató a su padre.”
Lo que sí es una constante en el relato, es que mató al padre, y que tenía un hermano que se llamaba Juan, quien en el momento del incidente le pegó con un mandador de siete nudos, le mostró una tapara de ají picante para que aderezara la asadura y le azuzó a un perro llamado Tureco.
Otras imágenes, han tratado de enriquecer la leyenda, pero no han sido muy aceptadas por el pueblo, se dice por ejemplo que se le perdió el dedo meñique de la mano de su padre y hasta que no lo encuentre debe estar penando, que Juan le echó los huesos en una mochila y ésta la carga al hombro, que mató a su mamá también y Juan fue el único sobreviviente de la familia Flores, entre otros
"Con respecto al nombre del perro Tureco, Wilfredo Bolívar publicó en Ultima Hora, diario acarigüeño, en fecha 17 de mayo de 1993, una crónica sobre El Perro del Silbón y narraba su confusión con respecto a los diferentes nombres que se le ha dado a este animal mitológico: Tureco, Tudesco o Tudeco” Además incorporaba una investigación bastante curiosa con respecto a la selección de este nombre para identificar el al perro del Silbón.
“Tudesco, palabra originaria del germánico thiudiska, alude a los nacidos en cierto lugar de Alemania en la Sajonia inferior. Por extensión, la palabra pasó a dominar todo lo relativo a alemán o perteneciente al país. En este sentido son famosos en los anales de nuestra historia venezolana de horrorosa conquista y población, los feroces perros alemanes que fueron traídos por los wélseres para amedrentar a nuestros aborígenes y en el peor de los casos asesinarlos en dantescas escenas de sangre y muerte”
En consultas bibliográficas realizadas se pudo constatar que los indígenas que poblaron esta región apodaban al alemán Nicolás Federman, quien se radicó mucho tiempo en Portuguesa, Tudesco, alusivo despectivamente a alemán. Tal vez allí surgió Tureco, el nombre del perro del Silbón, para manifestar el desprecio por este conquistador.
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