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....Y vió que el hombre de la llanura era, ante la vida, indómito y sufridor, indolente e infatigable; en la lucha, impulsivo y astuto; ante el superior, indisciplinado y leal; con el amigo, receloso y abnegado; con la mujer voluptuoso y áspero; consigo mismo, sensual y sobrio. en sus conversaciones, malicioso e ingenuo, incrédulo y supersticioso; en todo caso alegre y melancólico, positivista y fantaseador. Humilde a pié y soberbio a caballo. Todo a la vez y sin estorbarse, como están los defectos y virtudes en las almas nuevas" Don Rómulo Gallegos

2 de marzo de 2011

Las Andanzas de Rafael Bolívar Coronado

No podemos cerrar este ciclo de artículos relacionados con Alma Llanera y El Llanero, sin dar alguna reseña biográfica de Rafael Bolívar Coronado.

Usaremos para ello el "Liminar" del libro Un hombre con mas de seiscientos nombres (Rafael Ramón Castellanos), escrito por Oscar Reyes y publicado en el Diario El Globo en febrero de 1993, el cual, redactado de manera informal y con lenguaje sencillo, nos da una idea de lo curioso de este personaje.

Por allá en el año 15, Rafael Bolívar Coronado saltó a la fama porque compuso la letra de la zarzuela Alma Llanera. Gómez lo becó en España y él se embarcó feliz; pero no mas el barco estuvo en alta mar salió gritando a la cubierta: ¡"Muera Gómez, el tirano!" Y se declaró “anarquista, bolchevique y racista” 

"Nació en Villa de Cura, vivió apenas 39 años (…)Cuando llegó a España, se dedicó a vivir de la pluma (….) y como era difícil darse a conocer, Bolívar Coronado se hizo pasar por copista y antologista. Le llegaba a los editores con sorprendentes volúmenes inéditos, rescatados de las bibliotecas o compilados en los viajes, y los incautos los publicaban. Él mismo los escribía, con una gracia y talento fuera de serie. (…) él se justificaba: "Como yo no tengo nombre en la república de las letras, he tenido que usar el de los consagrados, porque yo no puedo darme el lujo de que me salgan telarañas en las muelas….”

Una de sus víctimas fue Don Rufino Blanco Fombona. Le vendió el libro "  El Llanero", el cual atribuyó a Daniel Mendoza aunque era suyo, haciéndolo pasar como copia de la primera edición. Aun hoy,  El Llanero es un clásico obligado para los estudiantes de sociología. Mendoza existió, pero jamás lo escribió. Bolívar Coronado también le vendió a Don Rufino: "  Letras Españolas"  de Rafael María Baralt y    "  Obras Científicas de Agustín Codazzi, que contenían mucho de los autores, pero dónde él también metía lo suyo: ¡Y con mucha Autoridad!."

Siguió produciendo y vendiendo a Don Rufino una serie de libros propios de Cronistas de Indias.
“Su desgracia se inicia cuando el escrupuloso Vicente Lecuna, gomero pero amigo de Blanco Fombona, le escribe diciéndole: “Su copista ha de haber tenido un lapsus lingüis; es imposible que el cacique Nicaroguán poseyera un burdel. Habría de ser un serrallo, porque burdel es galicismo del siglo XIX imposible en el español del XVI….”

Mandó don Rufino a revisar el anaquel de la biblioteca donde Bolívar Coronado dijo haber copiado las Crónicas y resultó que no había tal obra ; Don Rufino montó en cólera “saliendo armado en su búsqueda para matarlo”. Pero Bolívar Coronado es advertido y se escapa a Cataluña donde inicia su etapa mas prolífica de pseudónimos. Escribía además de los libros, 12 artículos diarios con nombres diferentes que cambiaba cada semana. Muchos de los artículos eran contra Gómez, lo cual enfurecía a Alberto Urbaneja, cónsul venezolano, quien le pedía al jefe de la Policía Condal, Alergui, que lo extraditara. Pero éste último, hombre de humor, protegía de Bolívar Coronado; sobre todo cuando éste último le avisaba “ que leyera la venganza en los diarios." La venganza es que algunos artículos contra Gómez aparecían firmados con los pseudónimos Alberto Cabroneja y Alberto Mierdaneja.”
“Temiendo su final, escribe febrilmente, publica un poema inédito de Sor Juan Inés de la Cruz (suyo) y se hace corresponsal en la guerra del Sahara para “La Publicidad”, “El Noticiero” y “El Diluvio” de Barcelona. Pero en realidad nunca salió de España; se disfrazaba de mendigo y vagabundeaba por los muelles hablando con los marinos y estibadores que llegaban del Sahara español, de Africa, y con toda la información que les sacaba, calculaba las batallas, las bajas, y nunca llegó a equivocarse, por lo cual el pago era puntual".

En fin, tras estas pinceladas de la vida de este venezolano, comprendo grandemente el interés del historiador y filósofo (entre otros títulos), Rafael Ramón Castellanos, de escribir el libro que hemos venido citando: Un hombre con mas de seiscientos nombres, ya que Bolívar Coronado, personaje de particular sicología, que siempre actuó en terrenos del engaño y la mentira, fue en realidad hombre de impresionante talento. Talento que desperdició en nombres falsos y cambios de personalidad, en huir y mantenerse oculto, en burlarse desde sus escondrijos de quienes lo adversaban. Talento auténtico para la escritura y la poesía pero también para el engaño. No solamente utilizó los nombres de escritores famosos, sino que inventaba nombres de obras o autores constituidos por varias palabras que cuando se unían, conformaban una burla o apodo para algunas personas. Un ejemplo de ello lo podemos apreciar en el artículo "El Protectorado africano de Ghom-Ezuella", firmado por M.A.Purí Teaurb, y entre paréntesis el supuesto lugar Anneja y la fecha. Si juntamos las palabras tendremos: El Protectorado africano de Gomezuela (burla hacia Juan Vicente Gómez), y si juntamos el nombre del autor con el lugar, tendremos: Mapurite  a Urbaneja (éste último, funcionario venezolano que lo perseguía en España).

Entre sus libros,  "escritos" por otros autores, podemos mencionar: Lenine, El Sindicalismo en acción; (Jesús de Castilla); Parnaso Ecuatoriano (José Brissa); Antología de Poetas Americanos (Biblioteca Sopena); Parnaso Boliviano ( Luis F. Blanco Meaño); La Máscara Heróica (R. Blanco FOmbona); Letras Españolas (Rafael María Baralt); Nueva Umbría, Conquista y Colonización de este Reino en 1518 (Mateo Montalvo de Jarama); Obras Científicas (Agustin Codazzi); Los Caciques Heróicos (Fray Nemesio de la Concepción Zapata); La Gran Florida (Maestre Juan de Ocampo); Los Chiapas "Ríos de La Plata y Paraguay" (F.salcedo y Ordóñez); Los Desiertos de Achaguas, "Llanos de Venezuela"(Diego Albéniz de la Cerrada), entre otros

Podemos finalizar sus rasgos biograficos diciendo a pesar de su impresionante talento, su forma misma de trabajar, lo fue llevando a la miseria y murió tuberculoso en 1924, lejos de su tierra. Hoy se desconoce donde reposan sus restos

Dice Argenis Méndez Echenique (Cellunerg): "La formación académica de Rafael Bolívar Coronado estuvo reducida a los estudios de Educación Primaria (tanto en Villa de Cura como en Caracas); pero era un voraz lector y con una inteligencia privilegiada. Sus innumerables viajes lo llevaron a conocer los más ignotos lugares de Venezuela y escudriñar en el alma de su pueblo, como lo demostrará en sus múltiples publicaciones sobre Venezuela. El problema suyo estuvo en que él no firmaba sus obras literarias con su nombre, utilizando “Mas de seiscientos nombres”, como señala uno de sus más preclaros biógrafos (Rafael Ramón Castellanos)".

Como Bolívar Coronado se trasladó a españa, donde falleció (Barcelona, 1924), los derechos de autor  (Sobre Alma Llanera), le eran cancelados en su totalidad a Pedro Elías Gutiérrez y sus herederos; pero a partir de 1967, después de una intensa campaña publicitaria, la Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela (SACVEN) contactó en Caracas a la señora Zoila Victoria Bolívar Coronado de García, hermana del autor, y comenzó a cancelarle el 50% de los derechos que le correspondían. Según reseña de la revista Venezuela Gráfica, del 15 de Marzo de 1970, la canción había generado, desde su estreno hasta la fecha, más de un millón de dólares por derechos de autor, que Bolívar Coronado no percibió nunca, muriendo en la miseria."

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