"No basta con nacer en la llanura. Es que no se nace en la llanura. Uno nace llanura. Viene de ella o va hacia ella. Llamémosla destino para mejor contemplar su abismo tendido. Para mejor sentirnos. Ahí está, en Cinaruco, en Capanaparo y en tu manera de mirar y latir. Quienquiera haya desandado, aunque fuese con la mirada, el Apure de mas abajo, lo sabe. Está ese adiós continuo diciéndonos quienes somos, quienes seremos”
Luis Alberto Crespo, Prólogo de Florentino y El Diablo